Edmundo García
Aunque la portavoz de los batistianos Ninoska Lucrecia Pérez Castellón no aparece en el título de este artículo, ella fue toda una campeona en los agravios que recibió en Miami el recién fallecido amigo de Cuba Gabriel García Márquez, Gabo.
En su programa en Radio Mambí, una emisora de Univisión Radio, Ninoska repitió ayer cuatro veces, en unos minutos, que Gabo era Premio Nobel de la Paz. En este caso no lo hizo por descuido sino por ignorancia.
Siempre he sospechado que estos batistianos no vinieron a Miami huyendo de la Reforma Agraria ni de la Reforma Urbana; sino porque ellos comprendieron rápidamente que en la nueva Cuba había que estudiar y salieron corriendo cuando se habló de la Campaña de Alfabetización. Y después hubo una desbandada cuando se anunció la lucha por el sexto grado y con el noveno ya ni les cuento.
Es una lástima que una ciudad de emigrantes y trabajadores como Miami sea calificada en el mundo por la pauta que marcan estos extremistas sin educación ni bondad. Ha sido bochornoso que mientras más de dos decenas de presidentes en el mundo (incluyendo Clinton y Obama), millones de personas e incluso la inmensa mayoría de la prensa norteamericana e hispana honraran la vida y obra del fallecido Premio Nobel de Literatura (ganado en 1982 con 54 años frente a honrosos candidatos), en Miami se le estuviera ofendiendo.
Como dije en el programa de La Tarde se Mueve de este lunes, estas son las cosas que pueden explicar la mala reputación de Miami en la comunidad internacional y en Estados Unidos. (/grabaciones)
Es necesario desenmascarar el nuevo analfabetismo que bajo el pretexto demagógico y mentiroso de lucha por la democracia, la libertad y los derechos humanos está imponiendo en la comunidad miamense una prensa manipuladora.
Las llamadas telefónicas de algunos oyentes del programa de Ninoska Lucrecia Pérez Castellón rompieron sus propios records en faltas de respeto, con total complicidad de la locutora batistiana. Con baja estirpe celebraron la muerte de Gabo recurriendo a la conocida frase de “Un comunista menos” y a esa otra de “Un castrista más en el infierno”. A esto llaman los derechistas de Miami “libertad de expresión”.
No sé cuál es la democracia que esta derecha clasista y racista pide a los gobiernos progresistas del mundo, cuando es capaz de mancillar así a una figura cimera cuya obra desconocen.
La descompostura en Miami ante el fallecimiento de Gabo ha sido tan bochornosa, que hasta el mismo Herald tomó distancia y se abstuvo de publicar ofensas. Carlos Alberto Montaner, en medio de su naufragio intelectual, evitó ser ofensivo con el eminente escritor colombiano y se limitó a tomarlo como pretexto para ensalzarse a sí mismo. Esto no es mucho, pero tratándose de El Herald y de Montaner es suficiente. No esperamos más.
Se equivocó Montaner el tratar de usar el fallecimiento de Gabo para emular su altura, insinuándose como un par y como persona con algún acceso a su real y mágico mundo. La inmensa mayoría de los críticos literarios y lectores reconocen que Gabo es muy superior a Vargas Llosa; así que ni hablemos de Montaner, que no tiene lugar en esta balanza.
Ni en imaginación, ni en fundación de lenguaje, ni en ventas de libros… en nada Vargas Llosa puede sentarse cerca de Gabo. En este escenario, lo de Montaner es permanecer de rodillas.
Creo que Carlos Alberto Montaner admira a García Márquez. Se nota al menos en esta frase del artículo escrito en El Nuevo Herald el pasado jueves 17 de abril. No en artículos anteriores, donde lo ha manipulado, calumniado y ofendido. En este último Montaner reconoce: “ha muerto el mayor escritor en lengua española que dio el siglo XX”.
Pero como decía, el objetivo primordial de Montaner es tratar de elevarse un poco a la altura de García Márquez. Pero si Vargas Llosa es un enano al lado de García Márquez, Montaner es un renacuajo. Gabo es un tiburón que nada en el pacífico y Montaner un batracio en un charco de esquina.
¿Qué podemos esperar de un Montaner que se atreve a publicar (junio 29, 2003), en el propio Herald de Miami (dónde si no), esta verraquería: “Juan Manuel Cao, uno de los grandes periodistas hispanos de Estados Unidos”. Tres mentiras en unas cuantas palabras: ni es periodista, ni es grande, ni tiene dimensión nacional. Una sola verdad: Cao es de origen hispano.
En su artículo Montaner sugiere estrechos contactos personales con García Márquez. No dudo que a través de Plinio Apuleyo Mendoza, Montaner se haya comunicado con Gabo alguna vez. Dudo más de un trato personal. Y decididamente niego que Gabo se haya expresado en los términos que Montaner describe en su artículo; con un lenguaje coloquial que denota confianza en una persona (Montaner), que no es del tipo de las que García Márquez solía creer.
Todo indica que Gabo estuvo por Miami más de una vez y hasta conversó con varios cubanos que habían estado presos en Cuba y que él, a través de respetuosas conversaciones con autoridades cubanas, ayudó a excarcelar. Pero en ningún caso se habría movido un centímetro con el expreso fin de encontrarse con Montaner.
Gabo en Miami seguramente estuvo tratando de ayudar, como muchas otras veces, a la Revolución Cubana; no quiero hablar sobre las formas de esa ayuda. Pero es sabido, y hecho público por Fidel el 20 de mayo del 2005 en La Habana, que Gabo cumplió “encargos” de Cuba en Estados Unidos ante funcionarios de alto nivel; incluyendo el propio presidente.
Reto a Montaner a que presente pruebas de sus “contactos” personales con García Márquez; que presente fotos, documentos o testigos del tipo de “reunión” que se habría producido.
Sin tener información privilegiada al respeto, pienso que si Gabo estuvo en Miami en los duros años 90, una de las cosas que trató de hacer fue conocer cómo pensaban los enemigos de Cuba, para ayudar una vez más a la Revolución. No puedo demostrarlo, pero es lo que creo.
Lo que sí resulta totalmente improbable es que, como dice Montaner, él le envió un recado a Fidel a través de Gabo. Es decir, que el guajacón del charco convenció al tiburón que nada en el Pacífico, para que le llevara un mensaje a otro tiburón que nada en todos los mares y océanos del mundo. Este es otro de los tantos delirios de Montaner; alguien que siempre está tratando de parecer como más, porque él mismo no se gusta en lo que es.
Y también descreo que Carmen Balcells, una de las agentes literarias más exitosas del mundo, se haya encargado de la inexistente “obra literaria” de Carlos Alberto Montaner. Que le haya ayudado a publicar algún que otro escrito no lo dudo, pero sí dudo que se haya comprometido con su trabajo en calidad de dedicada y consistente “agente literaria”.
Otro que ha caído en esa mala costumbre de basarse en medias verdades y desinformaciones para hacer propaganda política es el Arzobispo de Miami Thomas Wenski.
El Arzobispo Wenski se sumó a la manipulación de la Semana Santa realizada por la derecha cubanoamericana, instrumentada desde Washington DC por el contrarrevolucionario Frank Calzón, que la empleó para pedir la liberación de la prisionera común Sonia Garro.
Al igual que el curita cubano Rumin de la Ermita de la Caridad (que cuando habla parece que está hablando el mismísimo Carratalá), Wenski oficia en Miami bajo la presión de la derecha.
En Miami ya no se puede creer ni en los curas; como no se puede creer en los políticos ni en los periodistas de los medios hegemónicos. Por eso cada día hay más personas que se recogen y prefieren encontrar a Cristo en sus hogares o pequeñas congregaciones que en las grande instituciones católicas.
Parece que el Arzobispo Wenski no lo sabe, o lo sabe pero no le importa, que Sonia Garro es culpable de agredir a un policía cubano; de forma bastante peligrosa y violenta, mientras su esposo hacía amenazas con un arma blanca. El incidente lo describí con detalles en el programa La Tarde se Mueve de este lunes 21 de abril. (/grabaciones) El policía cubano jamás sacó su arma en esa situación, como sí hubiera hecho un policía de Miami… y el muerto al hoyo.
En su Homilía de Pascua el Arzobispo Wenski, demagógicamente, pidió libertad para Garro en un acto claramente político y fuera de lugar. Yo insto al Arzobispo a que se confiese y se libere del pesado cargo de estar utilizando su puesto para propósitos mundanos. Lo invito a que imite al Papa Francisco en su sencillez y deje su costosa motocicleta Harley Davidson, sus chaquetas de piel y otros bienes de lujo. Que mejor vele por los pobres y comparta con ellos; que rectifique y se acerque a los humildes o le auguro que nunca va a alcanzar el Capelo cardenalicio. Como no lo alcanzó su antecesor John Favarola, a quien Benedicto XVI aceptó su renuncia anticipada en el 2010; oficialmente por “razones que la Santa Sede no reveló”, pero que la opinión general atribuye a su cobarde actitud en Miami durante el viaje del Papa Juan Pablo II a Cuba.
¿Cuándo el Arzobispo Wenski ha denunciado los excesos de la policía de Miami? ¿Cuándo ha objetado el abuso de poder por parte de los oficiales locales contra fieles de su rebaño? Creo que el Arzobispo de Miami está en pecado al prestarse a divulgar mentiras fabricadas por un sector acomodado, resentido y carente de paz.
Wenski ha sido hipócrita en el Domingo de Pascua, ha calumniado a un país por complacer a un sector de extremistas. Ahora no son los fieles sino el propio pastor quien necesita lavar públicamente el pecado de mentir y la soberbia de creer que puede juzgar de espaldas a la verdad.
PD: Arzobispo, no olvide que los jesuitas tienen el don de la ubicuidad; están por todas partes y velan para informar al Papa.